Wednesday, January 14, 2009

Primeros tres poemas que me acontecieron en el 2009

I
Miradas

Me miró detrás de una sonrisa
que no hacia más que acentuar una mueca
de distancia y de cansancio.
Sin alterar el silencio me dijo;
soy la muerte.
Miré sus ojos y, a través de ellos
vi hilvanada la historia del universo.
Vi soles naciendo,
vi galaxias colapsando.
Como en un suspiro, vi pasar ante mi,
a través de mi,
la breve y fugaz historia de la humanidad.
¡Guerras, demasiadas guerras!
Encuentros y desencuentros
y, aquí y allá algunas perlas,
algunas alturas y profundidades
capaces de justificarlo todo.
Me apresté a seguirla
hacia sus territorios de olvido y silencio
Ella me detuvo con un gesto.
Su voz tronó dentro y fuera de mí;
No es tu hora,
el hilo de tu vida
todavía no debe cortarse;
sigue adelante tejiendo tus sueños,
dijo, dejando caer flores que,
como lágrimas,
como pequeños pájaros,
revolotearon cerca mío.
Le sonreí,
gracias, le dije.
Mientras se desvanecía frente a mis ojos
que no se atrevieron a parpadear
me sentí confuso.
No podía, no supe comprender
que diferencia hay entre ella y la vida,
esa eterna juguetona,
esa pícara,
esa implacable marea que avanza,
imparable,
construyendo de las ruinas,
de los colgajos,
de todo aquello que destruye.
La vida,
ella, que lo hace y lo abarca todo.
¡Ella, la gran dadora, esa incansable arrebatadora!

Enrique 4.- 01.- 2009


II

Sonrisas


La miré
Con una sonrisa que no hacia más
que acentuar una mueca
de distancia y de cansancio,
entonces le dije;
eres toda una mujer,
una extraña composición de niña y de mujer.
Se lo dije, sin dejar de mirarla y de sonreírle,
Eres toda una mujer y te amo
y desde ese amor te saludo
en todo tu esplendor
de niña, mujer, amante.

Apenas con un movimiento mínimo
te extiendo mi mano en silencio,
si la tomas vamos juntos,
si la dejas allí, desamparada
como un pájaro herido,
como un colgajo vacío de sentido,
entonces, mi pequeña,
te regalare mi mejor sonrisa antes de retirarme.
¡Se tanto de amores!
¡Tanto!
Que partiré
como un niño voraz que llora y se ofusca
en silencio, a escondidas,
reclamando el pecho colmado,
redondo y nutricio de su madre
¡Tanto se de amores! que eso,
justo eso, mi pequeña enamorada,
no te lo diré.

Enrique 5.- 01.- 2009


III

Me miró,
la mire.
Desde el fondo del silencio
nació la sonrisa.
No nos hizo falta
hacer ninguna suma,
ninguna resta
para recordar,
para comprender
que vos, que yo,
¡que todos!
Somos mucho más que cualquier cosa
que podamos decir
que podamos pensar o imaginar.
Somos ese sentimiento,
una emoción encriptada en el cuerpo
a la que hace falta ir a rescatar.
Un aire de distancia
o de cercanías.
Una intuición,
un cosquilleo.
¡Eso!
todo eso que no tiene nombre,
que no tiene palabra alguna
y que en un segundo lo expresa todo.
Lo sabemos,
ante ciertas intensidades
vasta con la intención de la caricia,
con una cierta profundidad en la mirada,
con la certeza
con la absurda e inexplicable certeza
de que seguiremos estando allí.


Enrique 5.- 01.- 2009

Tuesday, September 30, 2008

Un Poema para festejar mis 32 años de Médico


Un poema,


escribirlo,


acceder a su cima,


a sus abismos.


Un poema que nos cuente,


mucho más,


un poema que nos delate


puede,


y vaya si puede,


salvarnos la vida.




Enrique 270908



Saturday, February 09, 2008

Entre las Grietas del Cemento




ENTRE LAS GRIETAS DEL CEMENTO



El asfalto sigue y sigue avanzando,
como una marea, como una rara coraza,
que, en nombre de la civilización,
derriba montes, tira y mata árboles,
al ritmo atronador, ebrio de aserrín que vomitan las motosierras,
al ritmo de esas bestias dóciles, estúpidas, peligrosas.
Lo humano parece esmerarse en aplanar, en nivelar,
hacia abajo, siempre hacia abajo.

El asfalto sigue y sigue avanzando.
Detrás de esa marea desquiciada, implacable
que llamamos civilización. Con ella y en ella,
es también la enfermedad lo que avanza,
esa codicia ciega por perpetuarse, por lograr algún poder.
Ilusiones. Fantasmas velados de lo imposible.
Eso es la enfermedad, ese miasma purulento,
eso que todo lo mancha, que todo lo degrada.
La enfermedad, eso que sólo un curandero
o el fuego podrán venir a remediar.
Uno u otro lo hará. Mejor que sea el curandero.
Mejor que lo humano rescate a lo humano de su extravío cósmico.
Es verdad, el asfalto sigue avanzando pero,
en las grietas del cemento regresan, crecen las plantas.
Regresan en su silenciosa obstinación. En ellas la vida insiste.
¿Podrán ser capaces de guiarnos,
de salvarnos de la purificación por el fuego?
¿Podrán encender en el fondo cenagoso de lo humano
aquellas otras hogueras?
Aquellas de las pasiones nobles,
de las aspiraciones más altas,
aquellas que buscan la vida para la vida.
Las que danzan y cantan en sus amarillos, rojos y verdes.
Ellas un puro presente en cada vuelta de espiral del espacio tiempo,
esa energía que gira y asciende dando forma a todo,
creando, siendo cada nuevo amanecer.


Enrique Tosto 13.- 10.- 2006.

Revisado en la casa del río Toro 2 – 02 – 08.

He decidido no bajar la versión original de este poema,
principalmente por los comentarios que hay allí,
pero también por lo que considero una muestra
de una superación en la expresión conceptual del mensaje,
lo cual cumple con un objetivo didáctico.
En cuanto a lo poético lo dirán ustedes.

Gracias

Wednesday, February 06, 2008

De la Visión




DE LA VISIÓN


Hay una visión que me ronda,
se acerca y se aleja,
a veces me acecha,
otras, sigue los pasos rituales, exactos,
de un cortejo amoroso.
Por momentos me permite sentir,
palpar, su dinámica de volcán en erupción,
entrar en ella, recorrerla, temiendo que algo desconocido,
algo cruel y tremendo se apodere de mi.
No es eso lo que sucede.
Para mi regocijo descubro que
una alegría liviana y calma brota de mis profundidades.
Esos son tiempos de plenitud,
tiempos en los que un sentimiento circular
de ser parte de la totalidad, lo abarca todo.
Esos son los tiempos de la comprensión serena
en los que la existencia fluye mansa,
en los que no se puede, no importa, delimitar un adentro de un afuera,
lo alto de lo bajo, el sentimiento de la razón.
Tiempos de saciedad y descanso,
en los que el trabajo transcurre en el centro de la quietud,
mientras nuestra mirada penetra lo atemporal,
accede a distancias imposibles
ubicadas más allá del bien y del mal,
y más acá también.
Un acá, incrustado en la piel curtida que rodea esa figura
que vemos en el espejo cada mañana.
Esa figura que a veces reconocemos
y otras nos sobresalta, nos inquieta
transformada en un desconocido que nos mira,
que nos devuelve un aire enrarecido de lejanías,
de presencias y de ausencias innombrables.
Esa mirada que no es nuestra ni de nadie,
que marca un estado del ser, un cierto lugar.
Mirada que no empuja. No lo hace porque no tiene planes.
No espera nada. Se ha curado de eso.
Ha dejado que caiga de ella todo asombro, toda expectativa
toda sombra que la aleje de la visión.
El que mira así, simplemente esta allí,
siendo una presencia entre otras,
una forma de vibración, un tono,
uno más entre la totalidad de los sonidos posibles.
Ella es fruto del tiempo de la plenitud.

Cuando nos apartamos de ese estado,
cuando las exigencias de lo cotidiano nos atrapa
y tenemos que encarnar en ese que indica la cedula de identidad,
lo hacemos como quien se amputa el cuerpo de la mujer amada.
Entonces, acechados por desazones e incertidumbres,
quedamos a merced de las infinitas caras de las apariencias,
esos fantasmas huecos que empujan hacia el sendero de los amores frustrados.
Esos parásitos chupadores, que se alimentan
de cuerpos hundidos en el sinsentido,
cuerpos lanzados a una búsqueda sin destino.
Fantasmas que gritan que hay visión y que hay visionario,
sin saber, sin poder llagar a sospechar ni a comprender,
que en el tiempo de la visión, todo es una y la misma cosa.

¿Quien será capaz de ayudar a lo humano a salir de semejante laberinto?
Necesitamos decir una primera cosa,
todo lo que se haga para escapar de ese estado,
de esa forma de ser y estar partido,
de ese dolor de amante contrariado.
Todo lo que tienda a oponerse,
a luchar contra esas formas degradadas de la existencia,
que aparta de cumbres y abismos,
de toda conmoción.
Esa forma suicida de evitar las intensidades,
será tiempo definitivamente muerto. Perdido.
El camino es muy otro.
Esta allí, al alcance de la mano,
se trata de la entrega,
ella nos guiará hacia la comprensión profunda,
hacia la certeza de que el presente lo es todo. ¡Todo!
Entonces el desgarro y el dolor quedarán atrás,
lo humano se habrá curado de su última equivocación,
la sensación tremenda, ese desgarro de sentirse separado.
Recién entonces, verdaderamente, toda otra vida será posible.


Enrique Tosto 4.- 11.- 2006.
revisado 1 - 02 - 08.




Saturday, September 22, 2007

AL COMIENZO DE UNA NUEVA PRIMAVERA



Al comienzo de una nueva Primavera
seguimos proponiéndoles el Proyecto Delta




SI NOS CREEMOS CON DERECHO A UN FUTURO PROPIO,
ENTONCES, DEBEREMOS SER CAPACES DE IMAGINARLO,
DE HACERLO CARNE EN NOSOTROS, DE REALIZARLO.
DE OTRA FORMA DEBEREMOS VIVIR AQUÉL QUE LOS AMBICIOSOS,
LOS QUE LO QUIEREN TODO PARA SÍ,
AQUELLOS QUE NO TITUBEAN EN DESTRUIRLO Y CONTAMINARLO TODO,
ESOS INCAPACES DE AMAR, ESTÁN GENERANDO.

ENRIQUE E. R. TOSTO

Queremos recordarles que el Proyecto Delta está pensado como una construcción colectiva en busca de una vida mejor para aquellos que lo integren o participen de él. También podrá ser la constatación de una posibilidad de autodeterminación sensible y creativa para aquellos que entren en contacto con él. Es por eso que nos proponemos iniciar una serie de reuniones de presentación y despliegue del proyecto donde esperamos un intenso intercambio de ideas y la recepción de proyectos conexos que puedan sumar o complementar lo ya expuesto.
Quienes quieran refrescarlo pueden ingresar en:
http://reunionproyectodelta.blogspot.com/

Saturday, April 21, 2007

No me conoces


NO ME CONOCES

No me conoces.
No sabes que podría guiarte
por senderos imposibles
a los que muy pocos se atreven,
por senderos de visiones y colores
donde solo aquellos que han tolerado
transponer los límites más lejanos
son capaces de no extraviarse.

Todavía no me conoces,
por eso no puedes saber
que mis manos están tendidas
y que si te aferras a ellas
puedo llevarte en cabalgatas
de vértigo, jadeos y alucinaciones
a conocer silencios y sonidos
cuyas proximidades generan
las visiones más extremas,
las fiebres más desgarradoras,
confusiones y temblores
en aquellos que no han sabido retemplarse
al fuego, en la hoguera de algún gran amor.

Todavía no me conoces,
es cierto, pero
¡Cuánto podrías tenerme
si me permitieras encontrarte!
No lo dudes mujer,
inspira profundo y redobla la marcha.
No me verás mezclado con la maza,
búscame entre los apartados
entre los demiurgos.
Búscame junto a las pitonisas,
inclinado hacia los vapores de ensueño
de los oráculos.
Búscame más allá,
donde no creas posible hallarme
antes que aferrado a lo cotidiano.
¡Búscame, no dejes de hacerlo mujer!
y si así y todo no me encuentras,
entonces, prueba con soñarme,
con rastrearme en la zona más oscura
de ese tiempo de magia y misterio
que llamamos vida.
¡Búscame!
¡Suéñame!
¡Alucíname!
que ya estoy llegando
para tomarte en mis brazos
y así salvarnos
de la tristeza enorme de vivir sin amor.

Enrique Tosto 31- 03.- 2007



Wednesday, March 28, 2007

Hay Lugares



HAY LUGARES





Hay lugares,
espacios, laberintos
a los que sólo el amor
no tiene vedado el acceso.

Hay lugares,
sentimientos, emociones
que sólo tomados de aquella mano
que palpita al ritmo de nuestra sangre
somos capaces de atrevernos a entrar.

Hay lugares,
sensaciones, vuelos inalcanzables,
donde solo una intuición certera
sabrá guiarnos
sin que fuerzas
sobrehumanas nos obliguen
nos exijan un derrumbe,
una claudicación de nuestros valores.

Hay lugares,
cuerpos,
que no se ven a la luz del sol,
ni de los astros, ni de la luna,
con los que solo la fuerza sobrehumana
del amor nos permite fundirnos
rescatarnos de la falta de sentido,
de abismos sin límites ni tiempo
y ser, construirnos, transformarnos en parte
de la cima más alta de lo humano.