Desperté y no estabas
camine por la casa, salí a la calle,
viaje, hice compras, hable con otras personas.
Regrese a casa, me detuve en las flores nuevas
que abrieron la noche anterior.
Viví todo un día
y al llegar la noche me di cuenta que no vendrías,
que al día siguiente despertaría
y, tampoco estarías,
que tendría que soportar eso,
vivir con esa ausencia,
con ese peso, esa falta.
Desde cada rincón de la soledad,
no tu, un fantasma me mira.
Enrique Tosto 1.- 11.- 2006
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